Nuestra marca consiste, entre otras cosas, en el producto, en las campañas que realizamos y, sobre , en lo que se cuenta de ella. En esto último, tanto el storytelling como nuestros empleados pueden llegar a definir nuestro éxito o fracaso.
Las empresas buscan acercarse a sus usuarios a través de las redes sociales, con blogs que les permitan mostrar otros aspectos de la marca que están intentando hacer crecer y creo que, en muchos casos, lo están haciendo con bastante éxito.
Pero si a día de hoy seguimos pensando que la historia de nuestras marcas se cuenta únicamente a través de los medios y de la forma en que nosotros elegimos, entonces es que hemos fallado en entender de qué va el storytelling.
Nuestros empleados son los primeros clientes de nuestra marca. Si somos incapaces de convencer a quienes están implicados en el proceso de sacar adelante nuestro producto, de que este vale la pena, entonces es que algo estamos haciendo mal.
Pero además, son nuestros primeros embajadores y los encargados de conseguir que todo aquello que tan bien queda escrito en nuestras estimaciones y planes de crecimiento, se convierta en una realidad medible y alcanzable.
No podemos esperar que los consumidores confíen en nosotros si nuestros propios empleados son incapaces de entender qué nos hace únicos frente a la competencia.
Es por eso que a la hora de hacer una selección de personal, debemos elegir no solo la eficiencia y habilidades propias del puesto, sino, además, a personas que se adapten a la cultura de nuestra empresa, que compartan con la compañía sus valores y perspectivas de crecimiento.
Conseguir que todos nuestros empleados se impliquen con nuestra marca es una ardua labor que deberán empezar a realizar las áreas de Recursos Humanos. Pero debemos lograr que sean ellos, nuestros empleados, los primeros a quienes emocionemos con la historia que queremos contar, ya que, finalmente, serán ellos las que empezarán a contarla.
Aquí les dejo un video sobré a que me refiero:
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