lunes, 31 de marzo de 2014

8 Creencias limitantes sobre tu carrera profesional que podrían arruinar tu vida




La elección de la carrera profesional y cambiar nuestro trabajo actual son dos de las decisiones más complicadas que podemos tomar en la vida.

Cuando estamos en esta situación, nos atormentamos pensando que estamos obligados a tomar la decisión correcta porque si no lo hacemos, vamos a arruinar nuestra vida.

La propia importancia que damos a esta decisión puede llegar a paralizarnos.La realidad es que hay un montón de falsas creencias que nos pueden impedir pasar a la acción o simplemente no tomar la elección correcta.

De hacerlo así, pasaremos años y años de nuestra vida preguntándonos porqué estamos insatisfechos y sin encontrar una motivación en nuestro trabajo… y lo que es peor: nos afectará a nuestra felicidad, a alcanzar nuestro máximo potencial, y también nos afectará a las relaciones con otras personas.

Aquí les dejo ocho creencias limitantes o ideas incorrectas que debemos evitar al máximo y tener en cuenta a la hora de tomar una decisión sobre nuestra carrera profesional, o cuando queremos emprender un nuevo rumbo profesional.


1. Creer que vas a encontrar la carrera profesional perfecta desde el primer momento

Cuando miro a mi alrededor y observo a las personas que podría catalogar como gente de éxito, la inmensa mayoría han cambiado su ruta profesional.

Dicho de otra forma: o bien han cambiado de carrera o han hecho varias. Esto me deja muy claro que hay muy poca gente que encuentre su carrera perfecta en primer lugar.

Hay dos tipos de personas: las que se conforman con su elección y las que buscan mejorar y dar un paso adelante para cambiar y evolucionar.

Todo lo que hayamos aprendido con la primera elección, y el conjunto de experiencias, conocimientos y formación nos van a servir más adelante. Confía en que no será un error ni siquiera aunque cambies de rumbo.

Por ello nunca veas la primera elección como un error, incluso aunque te des cuenta que no era el camino que debías seguir.Cambiar de trabajo hacia otros destinos es normal, y sano.

2. Creer que el trabajo perfecto es el que te permitirá hacer todo lo que quieras

Todos los trabajos tienen muchas cosas que no te van a gustar. Jamás vas a encontrar un trabajo perfecto. Incluso aunque te hagan una oferta de Google o Amazon… Wow suena bien, ¿verdad?
¿Y quién dice que vayas a estar a gusto pasado el período de emoción inicial? ¿quién dice que tus enormes expectativas se van a cumplir?

Un trabajo no es el nombre de la empresa. No busques trabajar por lo famosa que sea la empresa, te puede salir caro.

En el trabajo vas a estar rodeado de personas: compañeros directos, indirectos, jefes, etc.Todos ellos representan el 90% de lo que te va a hacer sentir bien, o mal. Y es independiente de lo famosa que sea la empresa.

Para salir de donde estás ten en cuenta que no solo vas a enfrentarte a tus miedos, sino a muchas personas que te rodean que te dirán que no estás tomando la decisión correcta.

Escúchales. Tener en cuenta más puntos de vista es correcto, pero simplemente añádelas a la lista de variables que estás considerando.

Ni más ni menos, es una idea más a tener en cuenta. Al final tu decides, tu eres el responsable de tu vida.

3. Creer que tu trabajo ideal te va a gustar tanto que no parecerá un trabajo

Es bonito creer que tu trabajo te va a gustar tanto que ni siquiera te va parecer que estás haciendo un trabajo.
No es así, al menos en la mayor parte del tiempo no será de esa forma.Los problemas los vamos a encontrar, y serán muchos y de miles de formas. No siempre será divertido.

De todas formas, el objetivo es siempre encontrar aquello que te dé más momentos de placer y disfrute, independientemente que luego encontremos situaciones complicadas.

Hay que dar el 100% en lo que hacemos, independientemente que sea definitivo o no. Solo tenemos el presente, el aquí y ahora.El pasado ya no existe, y el futuro es solo una ilusión

4. Creer que por tener un título universitario en algo, ya no vas a poder hacer otra cosa

Invertir tánto esfuerzo, tiempo, dedicación y dinero en estudiar para conseguir un título.. y luego… ¿cambiar para hacer otra cosa?, Estamos locos?, Pues si.

La vida cambia, las personas cambiamos, lo que en un día era algo claro puede dejar de serlo más adelante.Evolucionamos, maduramos y nos adaptamos. Los gustos y nuestros objetivos personales también cambian con el tiempo.



5. Creer que debes de tener claro lo que deseas hacer en la vida cuando tienes 18 años… y no cambiar más

Es totalmente ilógico que nuestros familiares y el sistema en el que vivimos nos hagan creer que a esa edad ya debemos saber lo que queremos hacer con nuestra vida, profesionalmente hablando.

La gente fuerte y con agallas supera la frustración inicial y cambia de carrera, luchando por aquello que creemos que merecerá la pena, y evitando hacer algo simplemente porque lo hemos empezado, porque otros nos lo han dicho.

Rompe con todo aquello que otros te han dicho que es lo correcto. Decide tu únicamente, sé el dueño de tu vida y asume tu completa responsabilidad.

Nadie está atrapado en su carrera, ni en el momento de estudiar ni tampoco cuando estamos trabajando como profesionales y nos creemos “asentados” y “estables”.

6. Creer que las personas que cambian de trabajo con frecuencia, son irresponsables o unos fracasados.

En general, las personas que invierten tiempo y esfuerzo y salen de su zona segura, están tomando un riesgo para acercarse a sus sueños.

Pensar que por cambiar de trabajo o de ruta profesional les hace menos confiables o que son fracasados está muy lejos de la realidad.

Con cada trabajo que hacemos, cada nuevo reto y nueva ruta estamos aprendiendo. Cada cambio es una probabilidad menos para equivocarnos.

Lo único importante es dar nuestro 100% en cada tema que hagamos, y confiar que los puntos se conecten más adelante.

7. Creer que el camino “institucional” es el único que sirve.

Estudiar una carrera oficial, tener un título es importante.  Ya lo tienes? pues ya está bien… deja a un lado la “titulitis”.
Lo que hagas por ti mismo, por tu cuenta independientemente del sistema oficial puede contar mucho más que ese Master o ese programa de la Universidad que has visto en la revista.

Fórmate, aprende por ti mismo.Puedes aprender lo que quieras en Internet o a través de internet como punto de partida.

Prácticamente tenemos acceso a lo imaginable y más allá. Está a un click de distancia de lo que quieras conocer.

Programa tus metas de formación y sigue adelante, limita los títulos y aprende de verdad. La práctica y la acción es lo único que te va a contar al final.

Hace años escuché una frase que me llamó la atención: Dentro de cinco años serás la misma persona si no fuera por las personas que conozcas y los libros que leas

 
8. Creer que debes posponer tu verdadero propósito porque ya tienes un trabajo que te da dinero

Trabajar únicamente por dinero es triste. Incluso aunque creas que puedes estar cómodo así… es momentáneo. 
Terminará cuando menos te lo esperes. 
Caerás tarde o temprano.

Como seres humanos necesitamos encontrar y tener un sentido en lo que hacemos, eso es lo quehacer  que entremos en estado de flujo creativo y disfrutemos con nuestra actividad.

Todos tenemos un propósito en la vida, lo hayamos definido o no por escrito o incluso aunque nunca lo hayamos pensado, hay algo en nosotros que identifica si vamos por el buen camino o no.

Cuando el trabajo que realizamos encaja en ese propósito, significa que nos sentiremos realizados y muy probablemente desempeñaremos bien nuestra actividad. Esto es independiente del dinero que ganemos.

Incluso aunque tengamos un gran sueldo, si nuestra actividad no se amolda a nuestro propósito vital, caeremos.

Plantéate si lo que estás haciendo te llena, si ves que estás cumpliendo tu meta personal y te está acercando o alejando de ella.

El dinero no puede retenerte, no puede ser el obstáculo para que luches para sentirte mejor con lo que haces en la vida.

Reinvéntate, cámbialo.

Hay una gran probabilidad que si trabajas enfocado y hacia tus metas definidas, lo consigas.


domingo, 23 de marzo de 2014

Como afrontar el despido de tu pareja?

H


Cuando llega el desempleo en la pareja, la primera fase es de acompañamiento, luego cuando pasan los días y no se encuentra un trabajo estable, pueden iniciar las críticas y exigencias, para llegar al final en un estado de desesperación que puede llevar a la separación parcial o definitiva. No debes dejar que el desempleo lleve a la pareja a un estado extremo, en donde todo el amor y compresión se elimine de tajo.

Recomendaciones para sobrevivir en pareja al desempleo:

Reunirse para acompañar a la pareja y hacer el duelo. No creas pero la pérdida de un empleo merece hacer un duelo similar a la pérdida de un amigo o familiar. De no hacerlo no podrás superar el aspecto emocional de tristeza e ira que está presente.

Evaluar el aspecto financiero de la familia, para reducir tan pronto como puedan los gastos fijos, deudas y compromisos que se pueden evitar. Por ejemplo, si estás suscrito a un diario o revista, hay que eliminarlo y verlos por internet en forma gratuita, si asistes a un gimnasio o a un club deportivo es el momento de revaluarlo, y así con todos los gastos fijos innecesarios que afectan la economía familiar.

Liberar ingresos, conseguir recursos para poder invertirlos en un negocio o emprendimiento. En forma simultánea a conseguir un empleo formal, se debe urgentemente desarrollar emprendimiento, con el apoyo de la pareja.

Sobrevivir en pareja al desempleo



Un desempleado lo último que necesita son críticas de la pareja, reclamos y exigencias que no van al caso en este momento. Debe existir mucha comprensión y amor para poder sobrellevar juntos esta situación.

La pareja debe ser flexible para intercambiar roles. El hombre poder asumir el rol de la casa y la mujer el rol del trabajo, sin estereotipos ni vergüenza, con la cabeza en alto y orgullo. A todos les pasa y no creas que eres el único.

La familia es un importante soporte en estas épocas de crisis. Se puede llegar a vender la casa o dejar de pagar el arriendo, irse a vivir donde los padres o hermanos, con tal de liberar y conseguir recursos que permitan a la familia poder atender las necesidades básicas, de educación hijos, alimentación y un mínimo estándar de vida.

Es fundamental ir a los acreedores o personas con las que tienes deudas para comentar la dificultad, encontrar medios para reducir el pago mensual e incluso lograr periodos de gracias, que te permitan estar más tranquilos en el corto plazo.

Los mismos colegios y planteles educativos estarán dispuestos a colaborar con becas parciales o totales, un perdió de gracia en el pago y ayudas financieras. Acude a todo y en forma rápida.

El desempleo tiene un poder para desestabilizar la pareja, pero no se caba la vida si logran estar unidos todos, incluyendo a los hijos. Lo mejor es establecer una comunicación franca  y directa, para que todos colaboren y apoyen para superar esta crisis. El poder de superación y el amor debe ser superior a la inestabilidad económica y emocional que genera el desempleo.

Cómo sobrevivir en pareja al desempleo que afecta el aspecto físico y monetario, emocional con sus fases frustrantes y desmotivadoras, mental con la angustia de no poder dormir hasta encontrar las salidas de trabajo, espirituales porque se comienza a dudar de todo y en todas las creencias pasadas.

 La familia y pareja unida podrá sin duda encontrar la salida. Sin cantaletas, sin injusticias, sin asumir un poder sobre el desempleado que sólo aumente la depresión. Ser flexibles y dispuestos a asumir nuevos roles en la vida, agradecidos con las nuevas oportunidades que se presentan, optimistas por el futuro, y tomar acciones que no dan espera como emprender un negocio así sea pequeño y reducir los gastos.

Como afrontar la perdida del empleo

Perder el empleo es un golpe que impacta no sólo en el ámbito laboral, las repercusiones que van desde la pérdida de autoestima hasta la depresión, se instalan en el terreno personal y pueden ser un obstáculo para hallar un nuevo trabajo.

Ser despedido es un episodio traumático que genera un alto nivel de estrés y que se asocia con recuerdos dolorosos, de ahí la necesidad de darle un tratamiento adecuado para evitar que se vuelva un lastre.

"El tener un trabajo es sinónimo de estabilidad y bienestar, independientemente de si nos gustaba o no, era el medio que nos permitía generar ingresos y nos daba certidumbre (...), perderlo afecta el estado de ánimo y la salud".

Las afectaciones no se limitan al despedido, al generar un estado de ánimo deprimido, la angustia puede extenderse a la familia, amigos o pareja y afectarlos negativamente.

A pesar de que el panorama es sombrío y el camino difícil, la mayoría de las personas "logra salir de esta etapa si necesidad de ayuda profesional y supera el episodio".

Para algunos otros, el estrés puede ser benéfico, ya que ayuda a tomar decisiones más acertadas en menor tiempo y da impulso para continuar.

Guía de supervivencia

No existen recetas mágicas, pero sí algunas sugerencias para pasar este mal trago y evitar que las enfermedades, la depresión y el estrés se apoderen de tu vida.

1. Acepta tus emociones: Ser despedido es doloroso, más allá que lo hayas buscado o no, es un momento "donde puedes sentir muchas emociones  que estaban sepultadas en tu inconsciente y afloran con la fuerza de  un volcán", Lo primero que debes hacer es acepta el dolor, la rabia o tristeza que puedas llegar a sentir; no hay nada peor que intentar tapar esos sentimientos y comenzar a juzgarte.   

2. No es una descalificación hacia ti: generalmente este hecho se asocia con la manifestación de que no eres suficientemente bueno o capaz de conservar un trabajo, en lugar de tomarlo como una oportunidad para obtener un empleo mejor. repasar lo que aprendiste en tu ex trabajo y ver cuáles de esas fortalezas y/o habilidades te servirán para tu próxima tarea. "Cuando la gente hace este ejercicio se da cuenta de que puede ser mejor en una tarea, que es capaz de vincularse mejor con las personas o que su anterior empleo no era el adecuado para explotar todo su potencial".

3. Expresa tus sentimientos y compártelos: cuando hayas identificado el sentimiento que te genera el despido: rabia, enojo, frustración, etcétera, intenta compartirlo con gente cercana a ti. "Obtener retroalimentación, consejos, apoyo o sólo que te escuche tu familia, un colega o algún profesional puede valiosas oportunidades de crecimiento y ayudarte a conseguir un nuevo empleo en el que tendrás mayor conciencia de tus habilidades".

4. Pon manos a la obra: no eches los consejos en saco roto, una vez que hayas obtenido las sugerencias, concéntrate en buscar un empleo que no sólo te pague la renta, sino en aquél que te permita desarrollar tu creatividad y todo tu potencial. Acto seguido desarrolla un plan con  metas específicas para tu búsqueda de empleo y ¡manos a la obra!

lunes, 17 de marzo de 2014

Choque generacional ventaja corporativa o conflicto?





Uno de los mayores desafíos para las empresas, a nivel recursos humanos, es la convivencia interna de empleados de múltiples generaciones, con el choque de sus necesidades, demandas y valores que eso implica.
la importancia de hacer convivir las diferentes generaciones dentro de las compañías, y de cómo omitir la situación puede impactar de lleno en la competitividad.

Actualmente, en el mercado laboral, conviven tres generaciones bien diferenciadas: los baby boomers, es decir, los nacidos antes del ‘63 o del ‘65, los “X”, la generación correspondiente al lapso 1965-1982, y los “Y”, que refiere a los del ‘82 en adelante.

“Cada generación fue impactada por diferentes hechos sociales, políticos y económicos que son un factor influyente en las características del grupo, más allá de la fecha de nacimiento”. 

En este sentido, los baby boomers, que se denominan así por el pico de nacimientos que se produjo en Occidente luego de la Segunda Guerra Mundial, y que vivieron el hippismo, la Guerra de Vietnam, y el Mayo Francés, acordes a su época, son más idealistas. Se caracterizan por ser pacientes, pensaban que iban a desarrollar toda su vida profesional en una organización, y se ponen la camiseta para siempre. “Es una generación que intentó migrar a la vida digital, algunos lo lograron y otros no”.

Luego están los “X”, una generación que vivió la incorporación definitiva de la mujer al mercado laboral y la aparición de la tecnología que hizo que efectivamente migraran a la vida digital. “Son más compe­titivos, aceptan la diversidad, tienen gran exigencia en el trabajo, pero se debaten por equilibrar vida laboral y personal”. 

A estos dos grupos sociales se sumaron en el mercado laboral, los representantes de la “Generación Y”, nacidos en la era de Internet y la globalización, con valores de responsabilidad social más altos. Como nativos digitales, están hiperconectados, y a nivel laboral tienen otros parámetros, valoran su tiempo libre y no les gusta trabajar bajo presión

¿Resultado de la mezcla? Conflicto de intereses. “Cada generación ve primero lo negati­vo de la otra en vez de buscar puntos de encuentro. Pero no hay una mejor que otra: en todos los grupos hay elementos que suman”, dice Mascó. Para las empresas, el gran desafío es ani­marse a romper paradigmas, pensar distinto y armar estrategias para que las generaciones coexistan armónicamente.

“La Generación Y vino para quedarse. ¿Qué hacemos entonces? Primero, hablar del tema. Luego, buscar confluencia, empujarlos hacia el relacionamiento, por ejemplo a través del desarrollo de proyectos conjuntos entre los de 55, con una visión y los de 20, con otra. Es un ejercicio personal, intelectual, de flexibilidad y valoración del otro. El de 55 aportará experiencia de vida y de negocios, y el de 20, energía y acceso a la tecnología de la información”, plantea.

Quienes no trabajen por la confluencia de generaciones, dejarán de ser competitivos a la hora de atraer y de retener a los empleados,el hecho de que una empresa ya no sea “joven” no les quita esta posibilidad.

Además cabe resaltar  la importancia de la convivencia generacional para los trabajadores más adultos. “En los ‘90, si eras grande, quedabas fuera del mercado. Ahora las organizaciones le dan importancia a generar niveles de liderazgo con gente con experiencia, y esto habla de un compromiso con la diversidad”. 

La cantidad de baby boomers, X e Y en cada empresa no es lineal, sino que varía según la industria. “en las tecnológicas los “Y” suelen ser el 70 por ciento, mientras que en el rubro consumo masivo la mitad, y en las financieras, apenas el 25 por ciento. Esto es  hoy, en 10 años, el mapa cambia totalmente”.

Quién es quién? 


Baby boomers. Nacidos antes de 1962/64. Idealistas, pacientes, comprometidos con el trabajo. Acostumbrados a de­sempeñarse en entornos jerárquicos y competitivos. Algunos lograron migrar a la digitalización, aunque no son nativos.

Generación X. Nacidos entre 1964 y 1980/82. ­Migraron a la vida digital, son competitivos, aceptan la diversidad, tienen un alto nivel de exigencia en el trabajo, pero se debaten por equilibrarlo con la vida personal.

Generación Y. Nacidos entre 1980/82 y 2000. Valoran la responsabilidad social propia y de las empresas. Son nativos digitales, están inmersos en la globalización e hiperconectados. Valoran su tiempo libre y no les gusta trabajar bajo presión.


Los Baby Boomers hacen foco en la organización, por su parte, la generación X proyecta su vida dentro de una compañía, mientras que la generación Y busca desarrollar su vida personal, donde el trabajo es solo un medio para alcanzar otros fines".

Si bien en las tres generaciones los factores que más influyen en la decisión de cambiar de empleo son el salario y el desarrollo profesional, existen diferentes cuestiones que afectan en la elección en cada una, sostiene el reporte.

• Los Baby Boomers valoran la relación con sus jefes, la cultura de la compañía y otros factores.

• En la generación X comienza a valorarse la flexibilidad horaria, aunque mantiene una línea semejante a sus antecesores. "Una de las principales diferencias respecto a sus antecesores es que la generación Y valora la flexibilidad horaria por sobre la relación que pueden tener con sus jefes. Además, las cualidades que más destacan los líderes son la creatividad, la identificación con los valores culturales de la empresa y la capacidad de seguir adelante a pesar de frustraciones en el trabajo. Aunque también se debe tener en cuenta en los próximos años se sumará al mercado laboral la generación Z", 

 "Lograr una convivencia intergeneracional significa ganar dinamismo y adaptabilidad frente a los cambios. Si bien la mayoría de las organizaciones reconoce este asunto como un tema a trabajar, apenas el 23% de las empresas ha desarrollado alguna política para incentivar a sus equipos de trabajo según su generación. Por otro lado, también es importante la actualización de las herramientas tecnológicas a las nuevas realidades generacionales y del negocio". 

Las empresas ante los choques generacionales

Escrito por: Julen|09/07/2010
Sobre: Eficiencia y productividad de la Empresa.

Las colisiones intergeneracionales son cada vez más frecuentes. Dentro y fuera de la empresa, por supuesto. Claro que, dentro, la colisión presenta el problema añadido del diferente grado de poder que poseen las partes en contienda. Las jóvenes incorporaciones muerden el polvo en nueve de cada diez ocasiones: llegan a un hábitat hostil, que maneja otras reglas y donde los comienzos son duros… porque el enemigo es poderoso.

Es muy habitual encontrar a mi generación en el poder. Yo tengo 45 años. Me encuentro con gente de mi edad que vive allí arriba, en la cúspide, a veces sintiendo soledad, a veces disfrutando a tope. ¿Cuántas de esas personas se sienten cómodas en Internet y entiende el fenómeno social que representa? Me atrevería a decir que… una de cada ¿cien? Vale, exagero, dejémoslo en dos de cada cien. Este es lo que hay, punto. Entonces, a partir de esta realidad, ¿qué hacemos?

Creo que muchas personas jóvenes rumian resentimiento hacia las empresas para las que trabajan. Se perciben a sí mismas maltratadas por el sistema empresarial. Son buenos ejemplos las condiciones sonrojantes en sus contratos, unas reglas de funcionamiento interno propias de épocas pasadas referentes al control, las prácticas burocráticas o la percepción de injusticias de trato con las personas a partir de las jerarquías existentes. O sea, un escenario lejos de la lógica de un mundo abierto -para lobueno y para lo malo- que se confiesa a través de Internet y sus redes sociales.

De todas formas, no pasa nada que no sea lógico que pase. Siempre ha habido pelea entre generaciones y la va a seguir habiendo. El matiz es que hoy hay muchas diferentes peleas porque hay muchas más “generaciones” dentro de una “generación”. Esto complica la escena. Y arriba, la dirección se ve superada por los acontecimientos. No hay forma de entender a estos jóvenes que pasan de todo y luego se enganchan con una ONG que se dedica a ayudar a inmigrantes. ¿No podían poner ese entusiasmo aquí dentro? Pues no. Sí, ya sé que no lo entiendes.

En parte la competitividad empresarial también pasa por saber manejar estas colisiones integeneracionales. ¿Quiénes son personas que pueden hacer de puente? ¿Cómo se sienten representadas esas generaciones en el mapa de poder de la organización? ¿Qué aire fresco puede aportar cada generación y cómo se saca lo mejor de cada una de ellas? La diversidad generacional dentro de la empresa complica la escena pero también plantea oportunidades.


Empresas tecnologizadas

Manual,automatización, tecnologías de la información, lo que se hace importante a la empresa es el talento no el recurso material, por que este genera ideas, las personas seleccionan donde quieren trabajar, esto implica mayor competencia y capacitación, aplicar lo que conozco,



lunes, 10 de marzo de 2014

¿Por qué a México le falta talento?

Duele, pero es verdad: vivimos una escasez de talento bien calificado y, paradójicamente, hay jugosos sectores que este año lo requerirán más. El mal ya se conoce: la desconexión entre la educación y el sector privado.

Ésta es una historia sin final feliz. México es una de las 18 economías más importantes del mundo, pero sufre un fuerte desajuste de talento, lo que ocasiona que muchas vacantes laborales no sean cubiertas. La razón es la escasez de profesionales con las habilidades necesarias. El problema no termina ahí. Y es una paradoja porque, al mismo tiempo, existe un problema de desempleo en el país.

A esta conclusión llega el estudio Índice Global de Habilidades 2013 elaborado por Hays, en colaboración con Oxford Economics. Entrando en materia, refiere que México, pese a que los últimos datos del Inegi ubican en 4.76% la tasa de desempleo —que prevén una tasa de crecimiento del PIB de 4.2% para 2014—, no dispone del talento suficiente para las demandas actuales y futuras.

En el estudio se califica a los países de 0 a 10, siendo 5 el nivel de equilibrio en el mercado laboral (cuando las organizaciones no experimentan falta de talento ni problemas para su retención); por encima de 5 están las empresas con dificultades para encontrar el talento; mientras que por debajo del 5 se ubica al talento que tiene problemas para encontrar empleo.

México pasa de panzazo: tiene una carencia de profesionales cualificados para cubrir los puestos de trabajo; además, registra una gran dificultad para cubrir los puestos más cualificados (en especial, en sectores como el energético, automotriz, farmacéutico, tic). En contraste, tiene un mercado inundado de administradores, abogados, contadores. ¡Hacen falta ingenieros, médicos, científicos!

Esto pone en evidencia una falla, que se ha repetido mucho pero que no es tomada en cuenta: la desconexión entre universidades y empleadores sobre la formación y competencias que se requieren hoy en el mercado laboral. Pero esto, también, deja al descubierto una cruda realidad: los sectores clave recurren al talento importado.

Hays otorgó más cifras para conocer (o para documentar nuestro pesimismo) sobre el estado real del talento mexicano y, de inicio, ofrece una paradoja, ya que pronostica un alza en la demanda de perfiles técnicos —en especial de ingenieros—, cuando este perfil se encuentra con cuentagotas en México.
Como sea, y si eres parte de la pobre estadística de mexicanos bien preparados, toma en cuenta que los sectores con más demanda son:

• Minería. Las ventas dentro del sector aumentaron más de 50% en 2013. Su elevado crecimiento se debió, entre otros factores, al incremento en el precio de los metales preciosos como el oro y cobre.

• Medio Ambiente. La parte del cuidado y preservación del entorno es cada vez más importante, sobre todo para empresas multinacionales que deben cumplir con las nuevas normas.

• Manufactura. Los subsectores como el químico, industrial, metalmecánico y textil, registrarán un gran crecimiento durante este año.

• Construcción. Demandará ingenieros civiles y profesionales relacionados con la construcción residencial y comercial.

Bajo este panorama, va la pregunta incómoda: ¿Tienes el perfil?



Dale un vistazo : ENCUESTA DE COMPETENCIAS 2014 PUBLICADA POR EL  CIDAC. 






martes, 4 de marzo de 2014

Carreras que abren caminos

Carreras que abren los caminos

En 2013, historiadores, ingenieros, físicos, químicos y científicos ambientales tuvieron más oportunidad de conseguir empleo, según el INEGI.

Si estudiaste ciencias ambientales, física, química o alguna ingeniería seguro pronto encontrarás trabajo. Si por el contrario tu carrera es derecho, contabilidad, arquitectura, enfermería, pedagogía, mercadotecnia, negocios o comunicación, conseguir un empleo será lo más difícil, después de haber egresado.

La mayoría de los jóvenes que en 2013 no encontraron empleo en el mercado formal son los que precisamente estudiaron las carreras que tenían menos probabilidades de lograr el éxito laboral esperado.

En cambio, graduados de carreras como física, química, ciencias ambientales, historia, arqueología e ingenierías han tenido más suerte que sus pares de otras disciplinas a la hora de hallar trabajo.

Datos

Cálculos hechos con base en los microdatos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) muestran que se contrajo el número de jóvenes profesionistas empleados en el sector formal: 2013 cerró con una pérdida de casi 21 mil plazas formales con respecto a las que tenía este grupo a finales de 2012.

Para el cálculo de empleo formal se consideró a la población que trabaja y que además cuenta, por parte de su trabajo, con derecho a recibir servicios de salud en alguna institución pública o privada.

El análisis se centró en los jóvenes de 18 a 29 años que se encuentran estudiando o ya concluyeron una licenciatura o un posgrado.

Carreras exitosas
En este contexto poco favorable miles de jóvenes sí lograron colocarse en el sector formal del mercado laboral. El tipo de profesión que eligieron estudiar fue uno de los factores que más los ayudó.

Entre las profesiones con mayor crecimiento de campo laboral destacan física, química y las ingenierías química, industrial, mecánica y electrónica. También hay disciplinas sociales como filosofía, historia y arqueología.

Profesiones relacionadas con el estudio del ambiente también representaron áreas de oportunidad para la juventud mexicana.

Tuvieron también éxito en conseguir empleo graduados de finanzas, odontología, estomatología y maestros de educación física, artística y tecnológica.

Completan esta lista las profesiones relacionadas con el arte (artes plásticas, historia del arte, conservación y restauración de bienes inmuebles, entre otras) y servicios de transporte terrestre, marítimo y aéreo.

Las plazas de trabajo formal para jóvenes con estas profesiones crecieron 34% en 2013.

Oportunidades reducidas

Abogados, contadores y administradores siguen siendo la mayor parte de los jóvenes profesionistas en el mercado laboral. Sin embargo, cada vez se restringen más sus oportunidades de empleo.

En un solo año se redujo el campo laboral de quienes estudiaron derecho, contabilidad, arquitectura, enfermería, pedagogía, mercadotecnia, negocios, comunicación, comercio, ciencias de la computación, ingeniería civil, medicina y administración.

Paradójicamente, estas también son las profesiones más demandadas por los jóvenes al momento de decidir su carrera.

El análisis se enfocó en las oportunidades que tienen los jóvenes universitarios para encontrar un trabajo con seguridad social. No explora otros aspectos de interés como el nivel salarial, el acceso a prestaciones o la calidad del empleo.


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