Sin
duda, las reglas del juego han cambiado, las nuevas generaciones no comparten más la idea de entregarle los mejores años de
su vida a un solo trabajo. Los
millenials, son seres dinámicos y curiosos, que dan mayor importancia a vivir nuevas experiencias
de trabajo, que a una estabilidad laboral.
Para
nuestro padres (los baby boomers) era habitual
encontrar un trabajo estable en un sitio
y permanecer en él hasta la edad de jubilación. Ahora lo normal es pasar por
cuatro o cinco empresas a lo largo de nuestra vida laboral, y este número se
incrementa según se rebaja la edad”.
¿Las
causas? El mercado de trabajo actual es mucho más dinámico. “Surgen nuevos
sectores y oportunidades de negocio que hasta hace poco no podíamos ni
imaginar, y, por el contrario, otras actividades quedan obsoletas”.
Los funcionarios públicos son,
posiblemente, quienes mejor encarnan el fenómeno del trabajo de por vida. La
estabilidad laboral que disfrutan, con carreras que suelen superan los 30 años
de servicio, hace que algunos cuestionen su entrega y motivación.
JAPÓN: EL FALSO MITO DE LA EMPRESA-FAMILIA
Tenshoku
significa “cambio de trabajo” en japonés, y hasta hace unos años era visto en
esa cultura como una traición. “La empresa había invertido en formar al
trabajador y el hecho de irse a otra compañía implicaba llevarse ese
conocimiento y esa inversión de años. Se consideraba que la empresa receptora
se estaba aprovechando, y eso no le reportaba buena fama”. Desde los años 60,
el sistema de recursos humanos japonés favoreció las carreras largas gracias a
políticas de formación integral, planes de acción social y sacrificios
corporativos que primaban la movilidad interna antes que los despidos.
Sin
embargo, las estadísticas señalan que el empleo de por vida es hoy más un mito
que una realidad en Japón. Sólo una cuarta parte de la fuerza laboral japonesa
permanece en el mismo trabajo más de 25 años.
Todo
cambió con la crisis de los 90, cuando quebraron numerosas empresas. “Surgen
entonces voces que exigen carreras meritocráticas en lugar del sistema
tradicional de jerarquía por antigüedad. Las mujeres ven sus carreras limitadas
en las típicas empresas japonesas, y son atraídas como un talento valioso por
compañías extranjeras que se asientan en Japón. También los jóvenes se niegan a
comprometerse con una organización y van picoteando diferentes trabajos y sectores
hasta encontrar los que más les gustan”.
¿Cómo mantener la ilusión después de 20 años o más haciendo lo mismo y viendo las mismas caras a diario?
“Para que
un profesional se enamore de su trabajo y de su empresa debe haber un alto
grado de identificación emocional, tanto con el proyecto como con las
personas”. Pero para que ese flechazo inicial se mantenga con el paso del
tiempo también harán falta “una serie de valores compartidos entre ambas partes
que ayuden a superar los vaivenes emocionales, los sinsabores y las
dificultades propias de cualquier relación profesional”.
Ser
capaces de reinventarse continuamente para ahuyentar los fantasmas del
estancamiento es uno de los retos a los que se enfrentan los trabajadores de
largo recorrido. “Cuando las empresas seleccionen a una persona, debe ser con vistas a que
permanezca en la organización el mayor tiempo posible.
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